La hormona que nos hace felices


Existe una hormona que produce nuestro cerebro, que por ejemplo, nos hace ser emocionalmente más estables y combatir estados de ansiedad, estrés, fobias, etc.
Se llama Oxitocina, se descubrió a mediados del siglo pasado y desde entonces los neurólogos, psicólogos y psiquiatras, han prestado mucha atención a sus efectos, así como también a los mecanismos que desencadenan su liberación en nuestro organismo.
Algunos científicos la llaman la "droga de la felicidad".



La oxitocina se crea en la glándula pituitaria del cerebro y su secreción está dosificada por las células del hipotálamo cuyo impulso nervioso se propaga por el axón hasta las terminales nerviosas pituitarias.

La existencia de esta hormona en la sangre desata una serie de reacciones que activan y favorecen determinados comportamientos en los individuos, por ejemplo, recientes estudios indican que la oxitocina potencia las relaciones sociales, y está involucrada en la formación de generosidad y confianza entre personas.


¿Cuando se libera en nuestro organismo?

Según los investigadores, en los humanos la liberación de oxitocina se desencadena con un simple abrazo, una caricia, un beso o mirando a alguien que amamos.
También forma parte del ciclo de respuesta sexual, por ejemplo en un orgasmo se liberan en grandes cantidades y también con algunas comidas, en especial con el consumo de dulces y chocolate.
También con algunas actividades se liberan pequeñas cantidades: yoga, meditación, o practicar algún deporte que nos gusta.
Cuando tenemos algún éxito personal, por ejemplo cuando aprobamos un examen o alcanzamos una meta a nivel laboral o profesional.

En las mujeres, también se libera oxitocina durante el parto tras la distensión del cérvix uterino y la vagina; así como en respuesta a la estimulación del pezón por la succión del bebé, facilitando por tanto el parto y la lactancia.


¿Qué ocurre cuando falta oxitocina?

Un estudio de la Universidad de Claremont (California) encontró niveles significativamente menores de oxitocina en la sangre de niños autistas.
Un estudio del años 2007 reportó que la administración de oxitocina ayudaba a adultos autistas a retener la habilidad de evaluar el significado emocional de la entonación al escuchar hablar a otra persona, o sea que eran capaces de sentir emociones.

"Estudios anteriores demostraron que administrando oxitocina por vía nasal a personas sanas, se reducía la activación de circuitos cerebrales vinculados al miedo; así como también hallaron que aumenta el contacto visual con otras personas y se incrementa la generosidad y la confianza", explican los investigadores de dicha universidad.

Por ello, sugieren que esta hormona podría ayudar a tratar ciertos trastornos psiquiátricos que afectan al comportamiento social, como el autismo, la esquizofrenia, la ansiedad o la fobias sociales.


¿Podremos administrarnos oxitocina cuando estemos deprimidos?

Científicos de la Universidad de Zurich Suiza, al igual que sus colegas de la Universidad de California, diseñaron un experimento donde pudieron observar que con la hormona suministrada en forma de spray nasal puede un ser humano recuperar o aumentar la confianza en los extraños, de igual forma podría servir este spray como un tratamiento para los trastornos como la fobia social y el autismo.

El informe final del equipo de investigación suizo dice: "Encontramos que la oxitocina tiene un efecto muy satisfactorio en determinadas situaciones sociales y al parecer disminuye nuestros temores y actúa positivamente cuando la persona se encuentra en un estado depresivo.
El déficit de oxitocina es por lo menos una de las causas de los temores que se experimentan con las fobias sociales".