Por qué nuestro cerebro busca y encuentra a los líderes


Nuestro cerebro está programado para encontrar a los líderes, ya sea en una oficina, en una reunión de padres, en un club deportivo o en las redes sociales, todos sabemos intuitivamente quienes son las personas más carismáticas y populares. ¿A qué se debe esto?


Cerebro buscar encontrar líder

Hasta no hace mucho tiempo, los científicos no habían entendido cómo y porqué el cerebro reconoce rápidamente a estas personas. Tras algunas investigaciones se constató que, inconscientemente, todos hacemos un seguimiento acerca de la popularidad de los demás individuos. Este proceso se efectúa en la misma región del cerebro involucrada en la búsqueda de recompensas.

Para nuestros antepasados, ser capaz de saber el nivel de popularidad de otras personas dentro del grupo, era muy importante en términos de supervivencia. Saber quien ostentaba esta condición era vital en momentos de peligro o necesidad de ayuda, ya sea física o política.


Tanto en la antigüedad como ahora, estas personas alcanzan dicho estatus en un grupo social, fundamentalmente a través de dos vías: por tener el control de los recursos o por sus dotes de liderazgo.

La popularidad al laboratorio

Desde hace tiempo, en el Instituto de Neurociencia de la Universidad de Columbia están estudiando como el resto de la gente reconoce a las personas más populares.
En una prueba de laboratorio, un equipo de científicos invitó a numerosos alumnos miembros de distintas organizaciones estudiantiles de la universidad a participar en una investigación, sin dar demasiados detalles sobre los verdaderos motivos.

La prueba consistía en que los participantes debían ver rostros de personas en un ordenador, mientras que un escáner de resonancia magnética evaluaba la actividad cerebral de los estudiantes.
Las imágenes en la computadora consistían de caras de personas desconocidas, de caras de estudiantes de la universidad que no eran considerados populares y de líderes de distintas organizaciones estudiantiles. También se incluyeron algunos rostros de los estudiantes más populares de la universidad, aquellos que contaban con más seguidores en las redes sociales. Cada imagen sólo estaría un segundo en la pantalla del ordenador.


Los resultados

Los investigadores encontraron el mismo patrón de actividad cerebral en los estudiantes cuando vieron las caras de los líderes de cada una de sus respectivas organizaciones.
En este sentido se identificaron dos sistemas críticos en el cerebro: el sistema involucrado en la evaluación emocional (cuerpo estriado ventral, la amígdala y la corteza prefrontal ventromedial) y el sistema involucrado en la cognición social (unión temporoparietal y corteza prefrontal dorsomedial).

Los científicos también encontraron que, en muchos casos, la actividad de estas dos redes también se activó al ver a las personas más populares en las redes sociales de la universidad. Según manifiestan los autores de la investigación, esto es muy importante porque es consistente en el sentido de cómo hacemos seguimientos (consientes o inconscientes) de la popularidad de otras personas.


Algunas consideraciones

Al entrar a un grupo, una de las primeras cosas que hacemos es basarnos en la interacción de los otros miembros para con los líderes. Esto explicaría porqué los sistemas de recompensa del cerebro reaccionan ante la presencia de alguien popular, estamos anticipando los beneficios de la interacción con ellos, ya sea con el fin de formar alianzas, de pedir ayuda o de cualquier otra manera de interactuar dentro del grupo.

Por otra parte, es el sistema de evaluación emocional quien tiene la clave para evaluar la popularidad de los miembros del grupo, es como si este sistema le dijera al sistema de cognición social: "...esta es una persona que, si interactúo bien con ella, puedo obtener alguna recompensa".

Durante la investigación también se halló que cuanto más popular es una persona dentro de un grupo, más intensamente reacciona el cerebro de otro líder. Este hallazgo sugiere que los líderes son muy perceptivos a la presencia de otro líder, los investigadores deducen que quizás sea un mecanismo de defensa para adaptar su comportamiento convenientemente.