Nuestro cerebro ante un error: aprender o negar


Está claro que nadie quiere cometer errores, pero según como reaccionemos después de "meter la pata" será la diferencia entre aprender o no, de dicha equivocación.


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Una investigación realizada por el Instituto de Neurociencias de la Universidad de Princeton utilizó a un grupo de médicos para que tomaran decisiones sobre que medicamento prescribir ante una patología dada. En el estudio, los médicos recibieron la información inmediata sobre si habían tomado la decisión acertada o no, y a aquellos que habían fallado, se les dio una segunda oportunidad teniendo en cuenta la nueva información obtenida. Todo el procedimiento se realizó utilizando imágenes de resonancia magnética.


2 respuestas típicas

Los investigadores encontraron que hay dos respuestas cerebrales típicas ante los errores.

La primera se parece a un "llamado de atención", el cerebro pone el foco en el resultado negativo y lo trata como un problema que hay que resolver. El cerebro también aumenta su atención durante la próxima decisión, seguramente para evitar que se repita el error. Cuando esto sucede, las personas son mucho más propensas a mejorar su rendimiento.

La segunda respuesta es como si el cerebro se encerrase en si mismo, decide no pensar en el error. Esto seguramente se produce por dos razones: para no sentirse mal y para no dudar de sus capacidades. Lo interesante de esto es que los médicos que actuaron de esta manera, aumentaron de forma considerable su atención cuándo la información fue positiva, es decir, cuando se les informó que habían tomado la decisión correcta.

Los investigadores creen que esta última postura evidencia un sesgo de confirmación: solo prestar atención a la información que es consistente con nuestras propias creencias. El problema es que cuando esto sucede las personas no aprenden de sus errores (o aprenden mucho menos), por tanto, su nivel de capacitación será inferior.


Dos datos interesantes

Durante el estudio se encontraron algunos datos interesantes sobre cuales personas estaban más predispuestas a prestarle más atención a un error.

1.) Los profesionales que asumieron en un cuestionario previo que la inteligencia es maleable (se aprende mediante la práctica, no por talento innato) prestaron más atención a los errores. En cambio quienes tienden a creer que la inteligencia es fija (eres bueno en algo o no lo eres) dieron menos importancia a los errores.

2.) Los médicos más experimentados fueron notoriamente menos propensos a dar importancia a los errores.


¿Qué lección nos puede dejar esto? Cuando se comete un error y recibimos información crítica, piense en ello como una oportunidad de aprendizaje y que en estos casos si usted está dispuesto a reconocer la equivocación, seguramente este paso lo lleve posteriormente a asimilar más conocimiento.