Detalles sin importancia o la atención selectiva


Prácticamente en todo momento, al menos cuatro de nuestros cinco sentidos están bombardeados constantemente por todo tipo de señales. El sistema visual está continuamente procesando nuestro entorno. El auditivo es estimulado por los muchos sonidos que conforman nuestro medio ambiente. Los olores que nos rodean en todo momento, sentimos constantemente la ropa sobre nuestra piel… el sistema sensorial procesa una enorme cantidad de datos.


atención selectiva

¿Por qué no enloquecemos con esta avalancha incesante de señales? La clave está en que sólo prestamos atención a una pequeña parte de toda esa información. Este proceso se conoce como atención selectiva, y lo estamos haciendo todo el tiempo.
Imagine estar viendo una película en un cine, y si está muy enfocado en el film, es probable que no se de cuenta del ruido que hacen las butacas cuando la gente se mueve, del ruido las palomitas de maíz o hasta del zumbido del aire acondicionado.

Aunque hay varias regiones del cerebro implicadas en cada uno de los sentidos, la parte que involucra a la atención selectiva es donde todos estos sentidos se cruzan. Esta área se conoce como el tálamo. Clásicamente, se cree que el tálamo es una especie de punto de encuentro de todas las neuronas sensoriales, para posteriormente seguir hacia su destino, en la corteza cerebral. Pero además, esta conexión cerebral es bidireccional, es decir, también hay conexiones desde la corteza al tálamo.


Esta conectividad recíproca es, justamente, lo que puede explicar la atención selectiva. Cuando la corteza recibe una información que considera importante, esta envía una señal a una parte del tálamo: el núcleo reticular. Dicha estructura utiliza un neurotransmisor llamado 'Gaba' para inhibir la transmisión de otras señales irrelevantes desde el tálamo a la corteza (butacas ruidosas, palomitas de maíz, aire acondicionado, etc.).

El estudio de la atención selectiva es importante no sólo porque ayuda a entender mejor los procesos normales de nuestro cerebro, sino porque además puede afectar a determinadas personas, por ejemplo, aquellas que sufren de esquizofrenia. La esquizofrenia es un trastorno del cerebro con una amplia variedad de síntomas, que incluyen alucinaciones, delirios y comportamiento alterados. Estas personas también tienen déficit en la atención selectiva y en la atención en general. Sin embargo, la base biológica de muchos de estos síntomas, sigue siendo desconocida.

Un estudio publicado en 2013 en la revista 'Nature Neuroscience' investigó como funciona el sistema de atención selectiva utilizando ratones deficientes en el gen ERBB4, cuya ausencia provoca un aumento desproporcionado de actividad y sincronización de las neuronas y de las conexiones que se producen entre ellas.

Para determinar si la deficiencia del gen ERBB4 altera la atención selectiva, se utilizaron dos tipos diferentes de pruebas. En la primera, los ratones eran recompensados si podían distinguir un tono de 8 kHz a partir de una serie de tonos que oscilaban entre los 5 y 20 kHz. Esta prueba cotejaba si estos ratones eran sensorialmente capaces de filtrar el 'ruido'.

En la segunda prueba, los ratones fueron expuestos a distintos tonos sonoros acompañados por luces Led, y sólo aquellos que respondieron a determinadas tonalidades específicas de luces y sonidos, fueron recompensados. Esta tarea observaba si los ratones eran capaces de filtrar datos combinando diferentes sentidos.

Los ratones deficientes en el gen ERBB4 fueron más propensos a filtrar con un solo sentido, incluso mostraron mejor desempeño que los ratones sin este déficit en la primera prueba. Sin embargo, les fue bastante peor en la segunda prueba, ya que mostraron serias dificultades en el uso combinado entre los diferentes sentidos.

Este estudio demostró como la alteración de un gen modifica la capacidad de comunicarse selectivamente entre distintos estímulos sensoriales, y por lo tanto, desnaturalizar la atención selectiva. Esto sucede porque el gen ERBB4 disminuye la influencia que la corteza tiene sobre el núcleo reticular. En este caso, la retroalimentación entre la corteza y el tálamo es más fuerte, por lo tanto, hay mayor supresión de datos irrelevantes, y como hemos observado, esto se hace aún más evidente cuando existen combinaciones sensoriales.
Esto quiere decir que los cerebros de individuos con deficiencia de este gen podrían considerar 'irrelevante' mucha información que para cerebros de individuos sin esta deficiencia sería información 'relevante'.

Este tipo de investigaciones nos ayudan a entender los circuitos que subyacen en la actividad normal del cerebro. Y si bien esto es sólo una pieza de un rompecabezas mucho más grande, también es útil para entender determinados comportamientos asociados a los patrones del cerebro.