Intelecto y sexos: la inteligencia de género


¿Cuáles son las evidencias acerca de las diferencias de género con respecto a la inteligencia?


inteligencia género

Muchas personas creen, o quieren creer, que las diferencias entre la capacidad y potencial intelectual de hombres y mujeres se deben básicamente a cuestiones sociales o de crianza. Son sobre todo los grupos feministas surgidos a partir de la década del 60, quienes han perpetuado la idea de que las diferencias observables entre sexos son el resultado de la socialización. Sin embargo, a partir de la década de los 90 se abrió otro camino hacia una perspectiva más biológica y evolutiva que reconoce y explica estas diferencias.

Realmente son reconocidas, algunas pequeñas pero observables, las diferencias intelectuales entre ambos sexos en todas las etapas de la vida. Por ejemplo, en la primera infancia sabemos que los niños son más activos y pasan más tiempo despiertos. En cambio, las niñas se desarrollan físicamente más rápido y con mejor coordinación, ellas ya muestran preferencia por su mano más hábil (sea derecha o zurda) a los 5 meses, cosa que no ocurre en los niños. Además, las niñas tienen una mejor audición y son más vocales.
Ya en los dos primeros años de vida, los niños son más interesados en objetos y como estos funcionan. Las niñas, en cambio, están más interesadas en los estímulos sociales, emocionales y hacen más contacto visual.

En el período preescolar los niños están más interesados en la construcción de bloques y en juguetes con movimiento, como coches por ejemplo. Las niñas prefieren las muñecas y juegos más vinculados a actividades domésticas.
Las niñas son más sensibles y sedentarias, los niños tienden a juegos más rudos y a un comportamiento más egoísta.
Un punto importante en toda la infancia es la segregación de género (grupos de juego del mismo sexo), mientras los varones tienden a formar grupos más grandes y sujetos a cuestiones de dominancia, las niñas forman grupos pequeños y se muestran más preocupadas por la equidad, es decir, tienden a compartir más que los niños.

Otro tema donde hay diferencias notables es en el lenguaje. Las niñas adquieren el lenguaje antes y este permanece más fluido durante toda la vida. Es por ello que ellas desarrollan un vocabulario más amplio, utilizan construcciones lingüísticas más complejas, se expresan y leen mejor. Los niños son menos comunicativos y se valen menos del lenguaje para obtener lo que quieren.
Esto ocurre porque la localización cerebral del habla es más bilateral en las mujeres que en los hombres. Por ejemplo, los varones bilingües pueden tener algún déficit de memoria, cosa que no ocurre en las mujeres.

Distintas investigaciones en escuelas primarias han mostrado claras diferencias entre sexos. Los niños son mejores dibujando que las niñas, pero ellas son más fluidas con las palabras. Los chicos son mejores en razonamiento matemático y mentalmente son más rápidos encontrando formas geométricas en patrones complejos y objetos giratorios. Las niñas son mejores para acordarse de objetos que han cambiado de lugar y en tareas de coordinación motora.

En cuestiones de confianza, en general, los chicos muestran mayores niveles de confianza en si mismos en el deporte y las matemáticas, mientras que las chicas lo hacen en lectura y música.
Al experimentar un fracaso, los varones jóvenes tienden a pensar que se debe a su falta de esfuerzo, mientras que las chicas catalogan más sus propios fracasos como falta de capacidad.


Inteligencia de género

Vista toda esta reseña, ¿se puede afirmar, como se dice generalmente, que los hombres son más inteligentes que las mujeres? ¿O es al revés? ¿O todo depende de cómo se mida la inteligencia? Aclaremos esto en cinco puntos:

1.) La inteligencia no se puede medir con exactitud, por lo tanto, es difícil probar o refutar la existencia de una diferencia basada exclusivamente en el sexo.

2.) No hay razones o teorías evolutivas o ambientales para suponer que hay diferencias en este sentido. En abundantes investigaciones el sexo no significó una ventaja o desventaja en si mismo.

3.) Promedialmente, en la inteligencia media no hay prácticamente diferencias entre sexos, pero si hay diferencias en los extremos. De esta forma, los hombres tienden a estar más representados en las puntas de la curva de Bell. Es decir, los más brillantes son hombres, como así también los menos agraciados intelectualmente. En otras palabras, la media es la misma pero la distribución en más amplia entre los hombres.
Los científicos saben que en cualquier muestra muy grande, los varones estarán sobre representados en la parte inferior y superior, lo que quiere decir que la desviación estándar de coeficiente intelectual es mayor en hombres que en mujeres.

4.) Algunas diferencias que se desprenden de estudios no son reales y se producen por tres razones. Primero, los varones son educados para la arrogancia y las mujeres para la moderación, este mensaje social conduce a que en un examen o prueba, la mujer generalmente muestre un rendimiento más bajo que el hombre de acuerdo a su capacidad real.
Segundo, la mujer tiene menos exigencia social, en particular para la selección de pareja, por tanto, es probable que su padre haya invertido menos en su educación y desarrollo de habilidades, aunque este patrón puede estar cambiando.
El tercero es el factor personalidad, las mujeres son, en general, menos estables emocionalmente que los hombres y tienen mayores niveles de ansiedad, esto puede resultar en un menor rendimiento en un examen o prueba.

5.) La única diferencia real en el coeficiente intelectual (IQ) y que se mantiene estable en diferentes sociedades y culturas es la "inteligencia espacial". Los hombres ostentan una ventaja a su favor de 4.8 puntos sobre ellas, que se hace evidente después de los 15 años. Antes de esto, de hecho, son las chicas las que tienen una ventaja. Esta diferencia quizás explique la superioridad masculina en las artes, los negocios y las ciencias.



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